Incursiones relámpago, estilo Sturmtruppen, en episodios que tuvieron lugar en Andorra y cercanías durante la Guerra Civil española, la II Guerra Mundial y las dos postguerras, con ocasionales singladuras a alta mar, a ultramar y si conviene incluso más allá.
[Fotografía de portada: El Pas de la Casa (Andorra), 16 de enero de 1944. La esvástica ondea en el mástil del puesto de la aduana francesa. Copyright: Fondo Francesc Pantebre / Archivo Nacional de Andorra]

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viernes, 16 de mayo de 2014

Miquel Bolart, vetereno de la guerra de Ifni: "Lo cierto es que allí no había nada por lo que valiera la pena luchar (y II)

-¿Hubo algún enfrentamiento en campo abierto, o la contienda se enquistó en una incómoda guerra de guerrillas?
-En Tagragra hubo enfrentamientos, sí. Cuando nos retiramos, dejamos atrás una compañía para efectuar la voladura del fuerte; nos encontramos que habían copado los dos laterales del monte y tuvimos que correr tres kilómetros y medio bajo fuego enemigo. Nunca había corrido tanto en mi vida. 

-¿Cómo vivió la celada a la sección de Ortiz de Zárate, camino de Telata?
-Cuando llegamos a Ifni todavía no los habían liberado, pero ya sabíamos que él había muerto. Cuando volvieron a Sidi Ifni estaban destrozados. Casi ni los reconocía, y habíamos pasado meses juntos.

-Además de la Operación Gento, ¿en qué otras tomó parte?
-Cuando nos replegamos, pasado ya todo el jaleo, a la sección de transmisiones nos destacaron unos 10 kilómetros al interior. Estuvimos casi tres semanas. Fue en una de estas digamos misiones, protegiendo un depósito de agua, cuando vino Carmen Sevilla. La buena moza se portó como una señora; dijo que al día siguiente visitaría los puestos de primera línea, así que nos afeitamos -todos con la misma navaja- para recibirla como merecía. A pelo, sin agua ni nada. La poca agua que había era para beber. Yo estuve días sin poder reír.

-¿Y cumplió con su palabra?
-¡Qué va! ¡Cómo iba a venir! 

-¿Sufrieron algún ataque?
-Un par de noches: respondimos al fuego y eso fue todo. La verdad es que fregados de verdad, con cientos o miles de tíos liándose a tiros, no los hubo. Hay que decirlo porque fue así. Era más bien una estrategia de hostigamiento. Claro que en ocasiones reunían una fuerza considerable, 50, 100 o quizás 150 hombres. En la Operación Gento, camino de Tagragra, solicitamos apoyo aéreo a eso de las 10 horas para tomar una loma; a las 13.30 todavía lo esperábamos. Así que el comandante ordenó que avanzáramos sin esperarlos. Fue entonces cuando llegaron, soltaronn cuatro bombas y no nos mataron porque Dios no lo quiso.

-¿Tomaban prisioneros?
-Se hacían prisioneros, sí. Enseguida se hacía cargo de ellos la Policía. Y no querría parecer racista, pero el moro no es lo que parece: cogíamos a uno y lo primero que te soltaba era un "Arriba Franco", o un "Viva España", "Paisa, te quiero mucho"... Pero mejor no darles la espalda porque te arriesgabas a que te clavaran la gumia hasta el hígado. Y no estoy generalizando: hablo de lo que vi. El moro es un tipo especial. Y los del Rif, todavía más. ¡Peor que los gallegos! En fin, que nadie se equivoque: sabían perfectamente lo que hacían, nos dieron lo que quisieron y más, nos hicieron correr, nos mataron a gente... Al moro le das un fusil y parece que sabe disparar casi por instinto.

-Cuando regresaron a la Península, ¿la gente estaba informada de lo que había ocurrido en Ifni? ¿O fue realmente una guerra silenciada?
-Pensaban que habíamos ido a pegar cuatro tiros y poco más. Ni se imaginaban que había habido muertos. Y una guerra, menos todavía. Al principio se habló de una revuelta, pero se fue silenciando progresivamente.

-Pero hubo cuestaciones populares para enviar lotes de Navidad, por ejemplo.
-Codorniu nos envió 12.000 botellas de champán. Pero ni vimos ni bebimos ni una. Alguien se forró con ellas, porque se quedaron en las Canarias. Hay que decir también que el transporte desde las Canarias era problemático, se hacía en barco y para desembarcar había que esperar el momento, más bien el día adecuado para los carabos.

-¿Qué aviones utilizaban los paracaidistas?
-Nos lanzaban desde los Junker: un buen aparato, muy difícil de derribar... aunque hubo un accidente, sí. Pero yo he volado en un Junkers una patrulla de exhibición desde Alcalá hasta Alcantarilla con solo dos motores, el del morro y el del ala izquierda. Estuvimos enganchados casi 20 minutos por si había que saltar, pero resistió. Era muy buen planeador, y muy fiable. Podía transportar hasta a doce paracaidistas, que teníamos que saltar por una puerta de 1,40 metros de alto. Había que agacharse e ir con cuidado de no dar en el dintel con el paracaídas. Si todo iba bien, en ocho segundo habíamos saltado los doce.

-¿Hasta cuándo estuvo destinado en Ifni?
-En mayo de 1958 toda la Segunda Bandera regresamos a la Península para el desfile de la Victoria. Casi salimos en hombros, y bueno, eso ya fue algo. Creo que hacia 1959 volvieron a Ifni, donde se había quedado estacionada la Primera. Pero yo me licencié antes, en septiembre de 1958, al cumplirse los tres años. Podría haberme reenganchado pero hice cábals y vi que como mucho podría ascender hasta comandante. No me interesaba. No me quejo: como caballero legionario paracaidista cobrábamos 575 pesetas al mes, una pequeña firtuna para la época, sobre todo si lo comparas con la peseta diaria que le pagaban al soldado de reemplazo.

-Volvamos a la guerra: desde su punto de vista, ¿era correcta, la estrategia de liberar los puestos del interior, replegarse en la capital y abandonar el resto del territorio? ¿Era la única opción viable?
-Hay que decir que las unidades profesionales, marina, aviación, paracaidistas e incluso Tiradores, podrían haber mantenido la colonia. En cambio, hubo compañías de morteros que desembarcaron en Ifni sin haber disparado jamás, que sacaban la pistola de la funda por primera vez. La estrategia del repliegue me imagino que fue para evitar un enfrentamiento a gran escala con Mohamed V, sospecho que hubo algo así como un acuerdo para que la cos no pasara a mayores. Por otra parte, y con la mano en el corazón, en Ifni no había nada por lo que valiera la pena luchar.

-Así que, en el fondo, replegarse era algo sensato.
-Quizás no era la postura más honrosa, pero sí, era la más sensata, porque nos estaban dando por todos los lados. Por otra parte, lo que se cedió tampoco era gran cosa: 50 años después, en algunos de los puestos que volamos cunado nos retiramos todavía o se ha movido una piedra. Todo continúa igual.

-¿Echaron de menos el apoyo de carros de combate, helicópteros, artillería pesada...?
-Un carro hubiera sido de gra ayuda, pero hay que tener en cuenta la época: en 1957 el ejército español quizás disponía de dos docenas de tanques. Era un ejército muy peculiar, diseñado exclusivamente para la represión interna más que para defender el país de un enemigo exterior. Los pocos Sherman que teníamos en la Península habñian llegado tras el acuerdo con Eisenhower... En fin, no olvidemos que era una época de miseria absoluta. Pero lo que te puedo asegurar es que si algo funcionó de maravilla fue la Armada. Las veces que le dimos al Canarias las coordenadas de bombardeo lo clavó: no se desviaron ni un metro.

-Pues corre el rumor de que en Sidi Ifni cayó algón obús por error...
-Que yo sepa, jamás. Hubo casos de fuego amigo, pero por parte de la aviación, no de la Armada. Las transmisiones del Canarias y el Méndez Núñez las llevaban sargentos con tres millones de años de servicio a sus espaldas. Aquella gente no se equivocaba.

-También se ha dicho que los obuses caían en el lugar indicado pero no exñplotaban porque eran defectuosos...
-Las seis andanadas que dispararaon por encima de nuestras posiciones estallaron. Y tanto: ¡en mi vida lo he pasado tan mal! Pero sí que había armamento en mal estado: las granadas, por ejemplo, pero más que por defectusoas, porque tenían un sistema endiablado, con una cinta que venía enrollada y que en teoría saltaba cuando lanzabas la granda ;luego resultaba que raras veces lo conseguías y tenñías que ir a recuperar la granada... La P2 era más fibale; la pistola Star, una maravilla, y el subfusil... Bueno, con el primer cargador, funcionaba bien, pero cuando se calentaba era jmuy probable que se encasquillara.

-¿Cómo se ganó la vida cuando dejó el ejército?
-Primero como dibujante y guionista, para Selecciones Ilustradas de Toutain; pero duró poco y pronto me pase al sector comercial -soy perito mercantil- hasta la jubilación.

lunes, 10 de marzo de 2014

Segura Valero: "En Ifni combatimos en alpargatas y con ropa de invierno"

Fue la última guerra del imperio: Ifni, un minúsculo territorio situado al norte del antiguo Sáhara español y encuadrado en el llamado África Occidenal Español. En noviembre de 1957, el promarroqui Ejército de Liberación invadió el enclave con el objetivo de expulsar a la potencia colonial. Tras dos meses de combates, España mantuvo Ifni, pero reducido hasta la entrega definitiva al reino alauí, en 1969, a la sola capital del territorio, Sidi Ifni, y a un altísimo precio: 300 bajas entre muertos y desaparecidos. Una guerra olvidada, de la que apenas tuvieron noticia los reclutas enviados a la colonia, y que el historiador Gastón Segura Valero saca de la clandestinidad en Ifni: la guerra que silenció Franco.

El territorio de Ifni quedó reducido tras la guerra de 1957 al perímetro defensivo que rodeaba la capital, Sidi Ifni; el resto del enclave fue abandonado tras la evacuación de los puestos de avanzada, y nunca se recuperó; quedó de hecho en manos del ejército de Marruecos. Fuente: Pablo Vázquez Ramírez / El rincón de Sidi Ifni (blog).

Los tres territorios que conformaban el África Occidental Español: el enclave de Ifni, rodeado de territorio marroquí; la franja del país Tekna, o colonia del Cabo Juby, comprendida entre el río Dra y el paralelo 27º 40', y el Sáhara español, o Río de Oro. Fuente: Pablo Vázquez Ramírez / El rincón de Sidi Ifni (blog).


-¿Qué debemos entender, exactamente, por África Occidental Español, el AOE que manejaban las siglas de la época?
-El AOE comprendía tres circunscripciones: la llamada cuña de Ifni, donde se establecerá la capital del AOE; el país Tekna, un territorio de transición entre el río Dra y el paralelo 27º 40', que Marruecos se va a anexionar tras la guerra, y el Sáhara español, antes llamado Río de Oro, que es lo que hoy reclaman los saharauis. En mi opinión, con los mismos argumentos podrían reclamar el país Tekna, que nunca había pertenecido a Marruecos: históricamente, el sultanato llegaba hasta el río Dra. El país Tekna ya forma parte de otro mundo, del mundo del desierto.

-¿Qué intereses tenía España en Ifni?
-Era un lugar ignoto para la mayor parte de la población, pero por una cuestión de orgullo nacional era impensable ceder gratis una colonia.

-Se ha hablado de ciertas prospecciones mineras...
-Es cierto que desde 1947 se sabía que había minas de fosfatos en la zona de Bucraa, en el Sáhara español: los célebres FosBucraa, que hoy constituyen el tercer yacimiento de fosfatos del mundo. Pero entonces era casi un secreto de estado, que conocían Franco, probablemente Carrero y los geólogos que llevaron a cabo las prospecciones. Pero lo cierto es que ni se conocían las dimensiones del yacimiento no había posibilidades reales de explotarlo.

-¿Y petróleo? ¿O también era un bulo?
-Era la gran esperanza del régimen, sobre todo después del descubrimiento de los yacimientos de Tinduf, en 1951 en la entonces Argelia francesa. Pero la verdad es que eran molinos en el aire, y que el único interés tangible y cierto, sobre todo por parte del ejército, era el prestigio. Si Franco hubiera cedido de buenas a primeras Ifni, la mayor parte de la población ni se hubiera enterado. Pero los militares no hubieran aceptado la cesión de la colonia a un país, Marruecos, que hasta el año anterior era un Protectorado, y al que España tuvo que conceder la independencia a regaadientes, simplemente porque Francia se la había dado a su propia porción del Protectorado en 1955.

-Recapitulemos: el país Tekna y el Sáhara no tienen históricamente vínculos políticos con el sultanato.
-La tribu mayoritaria del país Tekna son los latsen, que aunque durante la guerra simpatizaron considerablemente con el Ejército de Liberación en realidad pertenecen al mundo del desierto, se cultivan los árboles de argan, hay pastoreo estable, hablan la hasania, tienen una forma de islam diferente -el islam marabutico- y nunca han obedecido al sultán.

-¿Y qué ocurre con Ifni?
-Ifni sí que era un territorio estrechamente vinculado a Marruecos: el sultanato se extendía hasta el paralelo 27º 40', justo hasta la ribera del río Dra, que es donde empieza el país Tekna. La tribu mayoritaria de Ifni es la de los Baamrani, de la que proceden la mayoría de los guerrilleros del Ejército de Liberación: una tribu, en fin, muy belicosa con los franceses y que les había planteado una guerra muy dura en la zona del Sus, la cordillera inmediatamente anterior a Ifni, ya en territorio marroquí. Pero los ba amrani pertenecen al tronco bereber, no al árabe.

-Se cuenta a menudo que el Ejército de Liberación -o "bandas armadas", según la terminología franquista- estaban instigadas o directamente financiadas por Mohamed V, el abuelo del actual Mohamed. ¿Era cierto?
-El sultán siempre mantuvo -y en esto coincidía curiosamente con la propaganda franquista- que él no tenía nada que ver con el Ejército de Liberación. Pero es puro teatro chinesco: si no, ¿cómo se explican los viajes a Rabat de su líder, Ben Hamma, o el hecho -que dejó estupefactos a los legionarios- que los soldados del Ejército de Liberación dispusieran en pleno desierto de raciones de leche en polvo? Hubo quien se empeñó en poner a Ben Hamma a las órdenes directas de Moscú, nada menos. Pero no hay ninguna prueba que lo vincule con otra causa que no sea la creación del Gran Marruecos, siguiendo el programa postulado por el partido Istiqlal y que -hay que decirlo- comenzó en 1953 con la sublevaciòn del protectorado francés y cierta anuencia por parte española: los guerrilleros ponían una bomba en Fez, en la parte francesa del protectora, y encontraban refugio en la parte española. Ahí fue donde empezó a larvarse la guerra de Ifni.

-¿Y cómo se explica, esta aquiescencia de Franco?
-Por las pésimas relaciones que mantuvo con la IV República, que fue una de las instigadoras del aislamiento internacional de España en la inmediata posguerra.

-Entre los muchos rumores que corren sobre la guerra, uno de los más sangrantes es el pésimo estado del material y del armamento en servicio en el ejército español.
 -Es cierto, de ahí que se recorriera en ocasiones al ingenio y a la improvisación. Surte tuvieron los soldados españoles de inventos como las bombas Frías, que con un bidón de gasolina conseguían un efecto similar al del napalm; o de las bombas de racimo que improvisaban con cajas de granadas... El fusil calibre 7,92 milímetros que el que el gobernador Pardo de Santayana arma a los soldados desplegados en Ifni se había empezado a fabricar en 1941; pero es que ya estamos en 1956: en la guerra de Corea, que había terminado tres años antes, los EEUU ya estaban utilizando de forma generalizada una carabina semiautomática...

-¿Es cierto que EEUU no permitió que España utilizara reactores de última generación?
-Eso les pasó a los franceses en Marruecos: los EEUU les prohibieron utilizar no sólo reactores, sino cualquier tipo de material bélico de origen americano. No me consta que ocurriera en Ifni: los aviones más modernos que volaron en Ifni fueron el Texan, que era ya un veterano de la II Guerra Mundial, y el bombardero Douglas 26. Pero había que enviarlos desde la Península y no llegaron hasta un momento bastante avanzado de la guerra. Hasta entonces hubo que recurrir a lo que había: material obsoleto, reliquias de la guerra civil como el Junker de transporte y el bombardero Heinkel, que databa... ¡de 1933! Era una aviación no sólo anticuada, sino poco adaptada a la guerra de guerrillas: en esa misma época Francia ya había empezado a utilizar el helicóptero como medio de transporte básico. En Ifni no se vio un solo helicóptero en toda la guerra.

-Vayamos a la nomenclatura: ¿Ejército de Liberación... o "bandas armadas"?
-Lo más apropiado, en mi opinión, es "sicarios del sultán". Desde luego, no se puede decir que ir a caer bajo la férula semifeudal de los alauitas -primero Mohamed IV y luego Hasán II- sea precisamente una "liberación".

-¿Fue, como se ha dicho quizás con cierta mala intención, una "guerra de pobres"? ¿Era similar, en lo obsoleto, el material que manejaba la tropa española y el del Ejército de Liberación?
-Sus fusiles eran realmente anticuados, piezas de museo de principios de siglo abandonados por españoles y franecses en lo que había sido el protectorado, y después de tanto tiempo estaban descalibrados. La munición era mayoritariamente checoslovaca, y a eso se aferraban para fundamentar la inspiración soviética de la revuelta. Lo más moderno parece que eran las ametralladoras Thompson americanas, como las que utilizan los gánsters en las películas. También disponían de morteros. Y lo cierto es que al inicio de las hostilidades y hasta que no llegó material de la Península, con la guerra ya en una fase relativamente avanzada, en cuanto a material estábamos casi a la par.

-¿De cuántos efectivos disponía el Ejército de Liberacion?
-En total, del orden de 4.000 guerrilleros, que se desplegaron sobre todo en el Sáhara. Quizás unos 5.000.

-¿Cuántas bajas sufrieron?
-Los marroquíes sostienen que en el desierto murieron unos 4.000 hombres. A mí esta cifra me parece excesiva; me inclino a pensar que las operaciones combinadas hispanofrancesas causaron unas 2.000 bajas.

-Una guerra no declarada y por lo tanto, sin tratado de paz.
-Así fue. La guerra no exisitó formalemente para nadie: ni para España, ni para Francia, ni para Marruecos. Y los acuerdos de Sintra no son un tratado de paz: simplemente, se cede el país Tekna a Marruecos, e Ifni queda reducido a la ciudad de Sidi Ifni; el resto siguió siendo territorio militarizado por Marruecos hasta la retrocesión de 1969, que fue el precio que se pagó por poner de una vez fin a las hostilidades... y por recuperar a la veintena de prisioneros que seguían en manos de Marruecos.

-¿Cuál era la población de la colonia, en vísperas de la guerra?
-Aunque es difícil de calcular, porque hasta que en 1957 se decide cerrar la frontera con Marruecos los baamrani entraban y salían libremente de Ifni, demos por buena una población de unos 12.000 baamaranis para todo el territorio. En Sidi Ifni, contando a los españoles, quizá residían unas 4.000 personas.

-¿A cuántos hombres ascendía la guarnición?
-En el momento de la invasión y antes de la llegada de refuerzos -que, eso si, fue inmediata- en todo el África Occidental Español debía de haber una guarnición cercana a los 3.000 hombres: incluidos, insisto, los desplegados en el país Tekna y Río de Oro. En el momento álgido de la guerra llegó a haber entre 3.000 y 5.000 hombres en Ifni, y entre 8.000 y 9.000 en el resto del AOE. En total, España movilizó entre 11.000 y 13.000 militares.

-¿Existía en Ifni un sentimiento antiespañol?
-Más que antiespañol, promarroquí, de adhesión al sagrado trono de Fez, al sultán, que es muy distinto. Los baamranis tenían lealtad al sultán, como descendiente del profeta; no a Marruecos, porque no tenían una noción del estado moderna como la que propugnaba el partido Istiqlal. Desdes este punto de vista se entiende que no admitieran que el país estuviera gobernado por cristianos: es decir, gentiles o infieles. Pero en el Sáhara, ni una cosa ni la otra. Allí lo que se produjo fue un conflicto por los impuestos.

-Una vez estalla la rebelión, el ejército español organiza un puente aéreo para mantener la colonia. Una operación que muchos creíamos fuera de las posibilidades de la España de la época.
-Hay que tener en cuenta que los tanques que en la época se sacaban por la Castellana para los desfiles eran absolutamente inservibles. Puro atrezzo. Los que se enviaron a Ifni a principios de diciembre llegaron directamente desde Francia; para los camiones, hubo que organizar a toda prisa una requisa en las Canarias, y hubo casos en que como llegaron a Ifni sin frenos había que frenarlos lanzándolos contra una duna. El informe del general Héctor Vázquez, que dirigió las operaciones del desierto, es en este sentido demoledor. Le voy a contar una cosa: en la Operación Pegaso, la última que tuvo lugar en Ifni, el 80% del fuego artillero que efectuaron los buques de la armada sobre posiciones enemigas para preparar el desembarco de las banderas paracaidistas dio en el blanco, sí, pero... ¡no estalló! Se veia el impacto, el rebufo del golpetazo de la bomba contra el suelo, pero no explotaban. Igual que muchas de las bombas que lanzaban los Heinkel. Y eso para nuestras tropas era desolador.

-Los rumores de que el Canarias bombardeó por error posiciones españolas en Sidi Ifni porque se quedó corto, y que tuvo que regresar a las Canarias porque el retroceso abrió una vía de agua en el casco... ¿son ciertos?
-No tengo constancia de ello. Pero es muy posible que se dieran casos de fuego amigo, porque las transmisiones eran horribles: para las operaciones en el desierto se desplegaron unos transmisores americanos, de la guerra de Corea, llamados lagartos porque estaban envueltos en tela de camuflaje. Pero al principio hubo que recurrir a las famosas Marconi de pedal, y a algún pequeño portátil. En la operación en que murió Ortiz de Zárate no funcionó ninguno. En fin, que cuando leemos que se despliega en tal lugar una compañía de morteros, tenemos que entenderlo bien: se trata de un mortero. A eso se reducía una compañía.

-¿Y el calzado? Los soldados españoles, ¿iban a la guerra en alpargatas?
-Era la alpargata bota, una especie de bota con tela de alpargata, cerrada y de media caña, y que en un terreno pedregoso como el desierto o tras una marcha se desintegraba a los dos días. Ocurrió, desde luego, y los oficiales franceses que veían desembarcar una partida de alpargatas destinadas a los legionarios de llevaban las manos a la cabeza. Con razón. Peor aún: en el desierto combatimos con ropa de invierno, porque era lo único que había. La situación era para echarse a temblar: parece que algunos de nuestros barcos no tenían radar, y que para disimular el capitán ponía a la marinería a mover la torreta... Pero también hay que decir que no se puede poner ni un pero ni a jefes ni a oficiales ni a soldados: la entrega fue máxima, y las deserciones no llegan ni a la decena, y muy al principio de la guerra.

-La estrategia de replegarse a Sidi Ifni, esperar refuerzos para liberar a los sitiados y luego organizar el perímetro defensivo de la ciudad, ¿era la única viable? ¿Era imposible recuperar el resto de la colonia?
-Los propios militares tenían claro que con los baamaranis no había salida: o los echaban a todos del territorio y se sembraba la frontera de minas, o no había nada que hacer; en el Sáhara era muy diferente, porque o querían saber nada de Marruecos; tampoco de pagar impuestos, como pretendían las autoridades coloniales españolas. Porque el país bidan, decían los saharauis, ni paga tributo ni obedece al sultán.

-Sidi Ifni, ¿se salvó por un chivatazo?

-Que la insurrección era inminente lo tenía todo el mundo más o menos claro. Pero lo esperaban en el Sáhara, no en Ifni.

-¿En algún momento se temió lo peor, que Sidi Ifni cayera y fuera tomada por los rebeldes?
-Hubiera podido suceder si se cumple el plan inicial y consiguen volar el polvorín, el golpe inicial de la invasión. Afortunadamente la guarda que andaba cerca del polvorín descubrió al comando, se entabló un tiroteo y murieron dos españoles -un soldado de quintas del batallón Tenerife y un legionario- y cuatro guerrilleros. Sin el polvorín, la guarnición española se hubiera quedado sin munición. Un desastre. Previsiblemente, la voladura del polvorín, situado detrás del gobierno militar, hubiera ido seguida de la sublevación de la aljama, que se hubiera lanzado sobre las líeas defensivas. Los supervivientes se hubieran refugiado en el aeropuerto,situado en lo alto y fuera de la ciudad, adyacente al campamento de la Legión. Y desde aquí resistir, esperar la evacuación o, quien sabe, rendirse.