El historiador Claudio Meunier lcoaliza en los archivo del escuadrón 602 de la RAF una película con una veintena de combates de pilotos de la unidad; entre ellos, Ken Charney, que el 14 de enero de 1944 se bate sobre Boulogne con Focke Wulff alemán y lo derriba: fue su cuarta victoria confirmada.
Era lo que nos faltaba por ver: a Ken Charney en combate, y abatiendo con su Spitfire IX y sobre el cielo de Saint Pol, al noroeste de Francia, un Focke Wulff 190 de la Luftwaffe. Madre mía. Es una secuencia brevísima que se resuelve en diez segundos escasos: la persecución frenética, el cañón que dispara varias ráfagas, y el aparato enemigo que inicia lo que parece un vertiginoso picado que acaba -según el informe de combate de la misión- con el FW estrellándose sobre el suelo de la dulce Francia. Pobre piloto alemán, pero así es la guerra: era él o Ken, y ganó Ken. Como siempre.
Ya lo ven, un documento sensacional que el historiador Claudio Meunier, claro, localizó en los archivos del museo virtual del escuadrón 602 City of Glasgow de la RAF, en que nuestro héroe sirvió entre noviembre de 1943 y julio de 1944. Lo pueden visionar aquí mismo: http://www.602squadronmuseum.org.uk/exhibitions/videos/gun-camera.php. Cliquen, tengan paciencia hasta el 1' 24" y verán lo que es bueno. Tiene poco que ver, ya lo avanzamos, con la épica de Hollywood, y mucho -curiosamente- con un videojuego caótico y más bien primitivo donde el resultado parece depender más de la diosa fortuna que de la pericia. Aunque precisamente Charney debió de tener mucho de ambas, fortuna y pericia, porque sobrevivió como sabemos a cuatro años de guerra y logró en el ínterin o seis victorias confirmadas y, de paso, dos DFC. No está nada mal.
La que recoge la sensacional película de hoy debió de ser la cuarta que se anotaba, y se la cobró el 14 de enero de 1944 en misión sobre la región de Boulogne y Saint Pol. El Spitfire de Charney formaba parte de una formación de 24 cazas procedentes de los escuadrones 602 y 132 -según el informe de combate localizado por Meunier- que aquella mañana despegaron con la misión de escoltar a 72 Marauders que se dirigían a bombardear la zona de Dieppe. La travesía del Canal fue tranquila, pero al llegar a las costas francesas, y divididos ya los cazas en dos secciones, aparecieron inmediatamente los cazas alemanes. La sección de Charney fue atacada por dos decenas de Mersserschmitt. Sin novedad. Fue mientras regresaba a la formación cuando nuestro hombre tropezó con el solitario FW. Con la buena suerte que la ráfaga que le disparó dio en el blanco: el aparato alemán, cuenta Meunier, voló invertido durante unos veinte segundos que para el piloto debieron de ser terroríficos y terminó estrellándose contra el suelo. Ni rastro, como vemos, de la temeraria táctica de embestir a la formación enemiga de frente que le valió en la campaña de Malta el sobrenombre de Caballero Negro. En aquella misma acción, en fin, los compañeros de Charney abatieron otros dos FW más un Me probable, y dañaron a otros dos Me. Pero también recibieron: el jefe del escuadrón, un tal Colloredo Mansfield -menudo nombre para un squadron leader- despareció en combate. Nunca más se supo.
Lo cierto es que el puñado de frikis que colabora con Meunier ha localizado incluso el aparato que Charney pilotó aquella jornada: el Mk IX MJ147, que fue posteriormente asignado a diversos escuadrones canadienses y que después de la guerra fue vendido a Turquía. La sorpresa es que por lo visto se conserva más o menos íntegro en la Gran Bretaña, gracias a los desvelos de un coleccionista de parafernalia bélica. Impresionante, ¿verdad?
Por lo que respecta a la película, se trata de una filmación en 16 milímetros que apareció por sorpresa en la buhardilla de Ian Blair -ay, las casas de campo inglesas y sus estupendas buhardillas. Hete aquí a todo un veterano del 602 que no tenía ni idea de lo iba a encontrarse en las bobinas aquella y que se llevó la sorpresa de su vida cuando, una vez digitalizadas, vio emerger a sus colegas en acción: dos decenas de misiones entre septiembre de 1943 y febrero de 1944, filmadas con la cámara que los Spitfire llevaban empotrada en el morro y que se activaba automáticamente cuando el piloto disparaba el cañón. Se trataba, dice Meunier, de evaluar las tácticas de los pilotos y el comportamiento en combate de los aparatos. Una película, en fin, que había permanecido oculta los últimos 70 años y que ahora podemos visionar desde el salón de casa en un homenaje íntimo y póstumo a Ken Charney, el Caballero Negro de Malta y, por qué no, el as de la Quera.
[Este artículo se publicó el 17 de junio del 2015 en el diario Bon Dia Andorra]
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